A Quiet Place Day One
Una pequeña película con una gran premisa de terror se estrenaba en 2018, dirigida por John Krasinski, que probaba que podía hacer muchísimo más que mirar a cámara en el momento preciso. A Quiet Place fue tan bien recibida por crítica y público que no tardó en confirmarse una segunda parte, también a cargo de Krasinski. La secuela es casi tan buena como la primera, con grandes montajes paralelos y una secuencia inicial muy prodigiosa (y mi favorita de la saga)
Ahora con la tercera parte en forma de precuela y nuevos personajes, podemos decir que esto se convirtió en una franquicia. Y lo que generalmente sucede en una tercera parte y sin el director original, es que Hollywood quiera algo más grande. Expandir el universo. Más batallas, más explosiones. Esta vez en Nueva York, con más destrucción. Fui al cine esperando eso, pero A Quiet Place Day One va completamente por otro lado. Así que nuevamente esta “franquicia” sorprende por su audacia, que de mi parte, será siempre apreciada.
Esta película está a cargo de Michael Sarnoski, quien hace un par de años nos dio una joyita llamada Pig con una de las mejores actuaciones de la carrera de Nicolas Cage. También es una fórmula clásica del Hollywood de hoy agarrar a un director indie y ponerlo a cargo de un tanque donde probablemente no tenga demasiadas libertades. Pero se nota que acá no fue así. El guión está escrito también por Sarnoski, y la historia la escribieron junto con Krasinski, que a pesar de no estar más en el sillón del director, sigue muy involucrado.
¿Cómo vive el apocalipsis una persona con una enfermedad terminal que de todas maneras tiene los días contados? Samira está en Nueva York convencida de que es la última vez que visitará la ciudad, y decidida a comer pizza. Quiere su última cena. Pero el caos se desata, y gracias a su gato que se roba prácticamente toda la película, termina encontrándose con Eric, un chico solo, ansioso y terriblemente asustado. La película logra en muy poco tiempo que te encariñes con esta dupla y Sarnoski demuestra una y otra vez que está más interesado en el viaje interno de sus personajes -sobre todo de Sam- que de expandir el lore de la invasión alienígena.
Entiendo que para algunos esto puede ser una contra, porque la película no aporta prácticamente nada más a lo que ya sabemos sobre estas criaturas y su comportamiento. De hecho hay una escena donde vemos una especie de nido, pero que queda un poco fuera de contexto porque no se hace más nada con eso. Pero no me molestó esta decisión porque los personajes y la búsqueda me interesó lo suficiente.
En las otras dos películas la familia estaba en primer plano. Los sacrificios que un padre puede hacer para proteger a sus hijos aún en las más extremas condiciones. Acá creo que Sarnoski intenta ir más al núcleo de la humanidad, a los pequeños actos solidarios, ayudar al otro aún en el caos, aún cuando parece que fueras la persona menos apta para sobrevivir un apocalipsis, podés ayudar a alguien. Sin dudas lo mejor que tiene esta película no tiene que ver con la espectacularidad, ni con momentos de tensión extrema como sucedía en las anteriores. Creo que Sarnoski de hecho no es tan bueno con las secuencias de acción, pero sobresalen mucho los momentos de pura humanidad y empatía.
Leer un poema susurrando bajo el sonido de la lluvia, un abrazo a un gatito, y ni hablar la escena en el bar de jazz, con truco de magia incluido. Jamás me imaginé que una precuela de esta saga decidiera tomar este camino, pero me encanta que lo haya hecho. La humanidad y empatía que mencioné, no se terminan en esas escenas. Me gusta que la película a pesar de tener un tono bastante desolador, jamás es cínica. Todo lo contrario. En primer lugar, el gatito vive. Lo aclaro para evitar el sufrimiento de quienes aún no la hayan visto. Pero además de eso, hay empatía para con sus personajes a pesar de los destinos que tengan. Sam a pesar de saber que no le queda mucho tiempo de vida, está determinada a vivir y morir según su propia ley. El último plano de esta película te pone la piel de gallina.
Pasados varios días desde que la vi, estoy en condiciones de decir que las primeras dos me gustan más, creo que son películas más cerradas. Pero ésta me conmovió y me llegó desde un lugar diferente.
¿La vieron? ¿Qué les pareció?