Andor es una completa anomalía no solo en el universo actual de #StarWars, sino en el catálogo de @disneyplusla por varias razones. Creada y escrita por el guionista de la saga Bourne y de thrillers políticos como Michael Clayton, Tony Gilroy, en colaboración con su hermano Dan Gilroy (Nightcrawler) y Beau Willimon (House of Cards), Andor no generó demasiado entusiasmo por centrarse en un personaje que no había resultado tan memorable en Rogue One -a pesar de haber estado interpretado por Diego Luna- y sin embargo se convirtió en lo mejor que nos ha dado esta franquicia en muchísimo tiempo.
Esta serie rompe completamente con la fórmula que venía usando Star Wars y cuyos hilos y fallas se notan cada vez más. #TheBookOfBobaFett o #ObiWanKenobi no parecen estar demasiado interesadas en explorar el universo o contar nuevas historias, sino que prefieren valerse de referencias y cameos para atraer al público. En Andor no hay absolutamente nada de eso. Es un thriller político que no subestima a su espectador llenando los planos de referencias a memes o a otras películas, sino que se preocupa en contarte una historia que resulta tan intrínseca a Star Wars que es increíble que no se haya contado antes.
Esta es la historia del inicio de la rebelión. Andor es la serie más política de Star Wars (que siempre fue política pero muchas veces se trata de disimular), y es una representación extremadamente realista de la resistencia a un gobierno fascista. La rebelión siempre jugó un papel importante en Star Wars pero -al igual que el Imperio- su organización interna y funcionamiento nunca importó demasiado. Andor nos intenta mostrar cómo los pequeños actos de insurgencia repartidos por la Galaxia van tomando la fuerza de la Rebelión que conoceremos después. Y sobre todo nos muestra que no es para nada fácil. Una rebelión ante el fascismo requiere sacrificios, y grandes. El personaje de Stellan Skarsgard, Luthen, tiene un monólogo increíble donde hace énfasis en esto. “Quemo mi decencia por el futuro de alguien más, quemo mi vida por un amanecer que sé que no veré” La resistencia está llena de grises, y personajes complejos como Luthen lo reflejan muy bien.
Me resultó muy interesante ver más del aporte de Mon Mothma a la rebelión. Con ella vemos el costado político y económico que requiere este tipo de acciones, y ella, como todos, también debe hacer sacrificios durísimos por la causa en la que cree.
Como se habrán dado cuenta, escribí bastante y aún no mencioné al personaje protagonista de esta serie y que de hecho lleva su nombre. Esto puede verse como algo positivo o negativo, yo elijo verlo como positivo. Cassian se usa como excusa para explorar este universo, mostrarnos cómo crece una resistencia y cómo el Imperio consiste en crueles oficiales atrapados en eternas burocracias. Cassian no siempre está en el centro de la historia, pero Gilroy tampoco deja que perdamos de vista que su arco lo llevará a creer en la causa tan fervientemente que sacrificará su vida por ella, tal como lo dijo Luthen.
La serie está estructurada en arcos de tres episodios, y sin dudas el mejor es el de la prisión, que llega a su punto cúlmine en el episodio 10. El escape es de las cosas más logradas narrativamente y más emocionantes que vi en el año. Funciona así de bien por la paciencia que tiene la serie en enseñarte cómo funciona la prisión, presentarte al personaje de Andy Serkis que tiene un arco impresionante -y se convierte en uno de los mejores- y haberte mostrado la crueldad del Imperio.
Está confirmada una segunda y última temporada por la cual estoy muy ansiosa. Lamentablemente ésta fue la serie menos vista de Star Wars, lo que es
bastante triste por más de una razón. Si aún no la vieron, denle una oportunidad porque a diferencia de la mayoría, tiene una historia que vale la pena ser contada, sobre todo en los tiempos que vivimos.
Si la vieron, cuentenme qué les pareció!!!