Blink Twice
El subgénero de sátira social que ahora se suele llamar “eat the rich” se popularizó bastante en los últimos años. Es lógico, teniendo en cuenta que es imposible fingir demencia al respecto de que el capitalismo ha escalado a niveles exponenciales y hoy en día hay más billonarios que nunca que no sólo encabezan titulares constantemente (casi nunca por nada bueno), sino también que inundan las redes con contenido sobre sus despampanantes estilos de vida.
Películas como The Menu, Knives Out o series como The White Lotus o Succession buscan comentar sobre esta clase privilegiada pero, al venir del mismo Hollywood, el comentario viene con cierto asterisco. Los realizadores de estas producciones muchas veces pertenecen a la misma clase social que están criticando, y ahí juega la delgada línea de la posición que toman al hacer la crítica, ¿se hacen cargo o se desligan completamente de responsabilidad? No muchas veces es fácil leerlo en el producto, pero obviamente es menos incómodo cuando se nota honestidad. Esta introducción viene al caso de que Zoe Kravitz, que debuta como guionista y directora en Blink Twice, pertenece al grupo más elitista de Hollywood, el de los nepo babies. Porque como seguramente saben, es hija de un músico muy famoso (ahre).
La discusión sobre los nepo babies la dejamos para otro día, pero sí rescato de Zoe que se nota que ama las películas y le importa transmitir el amor por el cine en cada plano, elección de encuadre y diseño de sonido de este film. En Blink Twice Zoe decide mezclar un poco de Get Out, The Stepford Wives con un toque sanguinario similar a algo como Ready or Not. Channing Tatum interpreta a un multimillonario tech que después de un video de disculpas en internet, decidió “limpiar su imagen” con una fundación y una vida más simple en una isla privada, a la que ocasionalmente invita gente (cualquier similitud con otros millonarios con islas no es coincidencia). Una de las invitadas es Frida, una camarera que termina pegando onda con Slater King y, obnubilada por los lujos y su atractivo, obviamente acepta.
Desde ese momento uno está seguro que todo se va a pudrir, y creo que un problema de este thriller es justamente el ritmo en este primer acto. Las cosas raras empiezan a pasar desde que nuestra heroína aterriza en la paradisiaca isla y se encuentra con un labial lleno de pelos y una señora que aparentemente la reconoce. Las secuencias de montaje muestran las tardes en la piscina con alcohol y drogas, y las noches con comida pretenciosa y champagne que se mezclan dando un buen efecto de pérdida de noción del tiempo… pero se extienden demasiado.
Pero cuando la cosa se pone realmente turbia y la película decide revelar qué está pasando con las chicas en esa isla, la película sube bastantes puntos, también ayudado por la hermosa química entre Naomi Ackie y Adria Arjona que se aprovecha en esta segunda parte. Es cierto que además de los comentarios sobre ricos, también estos años han florecido películas con un feminismo un tanto forzado medio a lo “girlboss”, y Blink Twice peca un poco de eso. Es de esas películas que te señala el problema (en este caso el privilegio de los ricos y los abusos sobre mujeres) pero no agrega mucho más al respecto. Sin embargo creo que se posiciona desde un lugar menos pretencioso que otras, y eso le juega bastante a favor.
Es un guion al que definitivamente le falta filo y profundidad, pero la película no deja de ser muy entretenida y valerse de su gran cast, diseño de producción, fotografía y un diseño de sonido muy cuidado donde hasta el ruido de un vaper te hace erizar la piel.
Channing Tatum ha demostrado ser un actor de lo más versátil, que puede ser tremendamente divertido en comedias a lo 21 Jump Street, bailar como nadie en las películas de Magic Mike y también lograr ser una presencia intimidante.
Una película con defectos, pero que cumple en entretener y prometer un futuro interesante en la dirección para Zoe Kravitz.
¿La vieron? ¿Qué les pareció?