Blonde
Blonde era una de mis películas más esperadas del año. Si me siguen hace poco capaz no saben, pero el Hollywood clásico es uno de mis grandes amores y mi comfort place. Por eso, Marilyn Monroe es una figura a la que le tengo mucho aprecio y admiración. Protagonizó dos películas con uno de mis directores favoritos, Billy Wilder. Some Like It Hot me parece una obra maestra y Marilyn ahí me hace reír mucho. A pesar de que es sabido que el rodaje fue problemático por sus problemas de salud, logró dar una interpretación cómica muy buena, siempre con el encanto, sensualidad y ternura que la caracterizaba.
Marilyn no solo trabajó con Billy Wilder, sino que con la mayoría de los directores más importantes del Hollywood clásico: con John Huston y Howard Hawks también dos veces, Fritz Lang, Otto Preminger, Laurence Olivier (con quien también actuó), Joseph Mankiewicz y más. Hace unos días hice un post con pelis obligatorias de su filmografía, si no lo vieron, vayan a buscarlo.
Pero este no es un post sobre Marilyn, sino sobre Blonde. Pero quería dedicarle un par de párrafos porque se lo merece.
Blonde está basada en la novela homónima de Joyce Carol Oates que parte de algunos hechos verídicos de la vida de Norma Jeane pero ficcionaliza otros para explorar su psicología. No es una biopic tradicional y su estructura es bastante caótica donde personajes aparecen y desaparecen sin demasiada explicación ni contexto. Como si estuviéramos viendo pequeñas viñetas de una vida tormentosa. Me gustó esta decisión, creo que aporta a la narrativa del caos que fue la vida de Marilyn y el resultado de vivir en el ojo de la fama.
Se nota que el aspecto visual fue algo importante para el director, los cambios en la fotografía y el aspect ratio son constantes y te descolocan. Dominik explicó que no tiene que ver con una decisión narrativa sino con reflejar la “foto famosa” que inspiraba esa escena en la vida de Norma. Me parece un camino interesante e ingenioso, sobre todo por lo que significa Marilyn en imágenes, debe ser el rostro más conocido del mundo y tiene decenas de fotos icónicas. Las recreaciones son impecables.
Y creo que hasta ahí llegamos con lo positivo. No logro comprender el punto ni lo que quiso contar Dominik con esta película en la que su protagonista atraviesa crueldad tras crueldad que la van rompiendo hasta su final trágico.
Decisiones incomprensibles como incluir un plano POV desde su vagina o una ecografía 4D de un feto que le habla y la regaña por sus abortos me generaron rechazo y sorpresa. No me esperaba ver algo así de bizarro en una película que estrenó en Venecia. Cuando pensé que no podía tolerar más mal gusto llegó la escena con el presidente -estoy segura que es la que le dio la calificación NC-17- para probarme que siempre se puede ser un poco más vulgar. La elección del plano, su duración y las imágenes fálicas explotando en la pantalla del televisor me dejaron impactada. Una escena que parece salida de una sátira, muy denigrante y extremadamente difícil de ver. Todavía no puedo creer lo extraño que es este film.
Si hago el esfuerzo podría llegar a decir que la idea de Dominik fue mostrar cómo la industria y los hombres abusaron de Norma, la trataron como prostituta más que una artista a pesar de sus esfuerzos y estudios. Sin embargo, lejos de reivindicarla, la película parece ser parte de ese público que la abusó en todo sentido. La deja desprotegida, la rompe y la vuelve a explotar.
Hubo mucho debate sobre si esta película es “provida” o si sexualiza gratuitamente a Ana de Armas. Sobre esto último no estoy tan de acuerdo, es cierto que vemos muchas veces su cuerpo desnudo, pero al menos a mí me transmitió fragilidad más que erotismo, y creo que esa fue la intención.
En cuanto a la postura sobre el aborto, no creo que incluir esa escena necesariamente indique una creencia del director o una agenda política (que igual no me interesa), creo que está puesta para mostrar el deseo y la culpa de una mujer que no estaba en un buen momento de salud mental. Lo que no quita que sea un recurso ridículo y fuera de lugar.
Creo que las películas problemáticas tienen que poder hacerse, y está bien si te gustan y también está bien si no te gustan. El arte está para generar conversación. Personalmente no le encontré disfrute ni me aportó nada, así que seguramente no la vuelva a ver.