Elvis
No se me ocurre mejor combinación que Elvis y Baz Luhrmann. Los brillos, colores y excesos que asociamos con la mítica figura del Rey del rock and roll se amoldan al estilo barroco del director australiano a la perfección, y queda reflejado en esta abrumadora biopic que derrocha estilo y glamour.
La historia de Elvis Presley fue contada muchas veces, pero acá Luhrmann decide enfocarse en la relación del artista y su abusivo representante, el “Coronel” Tom Parker. De hecho la historia está narrada por este personaje, interpretado por Tom Hanks debajo de muchos prostéticos y un raro acento. Definitivamente es una elección arriesgada para Hanks el interpretar a un personaje tan despreciable y hacerlo de la forma más camp posible; y a pesar de que al comienzo me distraía, con el correr de los minutos sentí que iba perfecto con la estética y tono de este film tan particular.
Elvis es una película larga que definitivamente hace notar su duración, pero en ningún momento se deja de disfrutar. A pesar de su extensión, el ritmo es muy frenético y los constantes montajes -que me encantaron- hacen que sea una experiencia agotadora, tal como fue la vida de Elvis. Así que definitivamente considero eso como un punto a favor.
Como dije antes, la historia se centra en la complicada relación artista-representante, que inicialmente ante los ojos de E.P. es paternal, pero ante los nuestros es siempre de explotación de un dueño hacia su propiedad. La vida personal de Elvis pasa durante gran parte de la película a segundo plano: conocemos a su familia, su cercano vínculo con su madre, Graceland y su matrimonio con Priscilla, pero su carrera es definitivamente el foco. Sin embargo, salís de la sala con la sensación de que conociste el lado humano detrás de la leyenda, Elvis se siente como una persona y no como personaje.
Esto me da pie para hablar de la razón por la que en gran parte funciona esta película: Austin Butler. Ponerse en los zapatos -en los blue suede shoes 🥿 je- de alguien como Elvis sin caer en la “imitación'' -en especial de alguien con ¡tantos imitadores!- no es tarea fácil Su trabajo es extraordinario, encarna a Elvis por completo desde su apariencia física hasta su voz. La primera escena donde lo vemos cantar y bailar es construida con mucho suspenso y expectativa; la película nos promete un espectáculo inigualable y Austin lo da. Su parecido físico no es realmente tanto -algo de lo que me percaté con el footage real de Elvis del final-, pero por momentos te olvidás de cómo lucía Elvis realmente, y te convences que estás viendo al verdadero. Los planos de las chicas escandalizadas se ven muy divertidos y acordes al show que estamos viendo. Esa es mi secuencia favorita, pero hay muchos momentos musicales memorables. El especial de televisión es otro de los grandes highlights.
Además de los cambios en la paleta de colores con el cambio de las décadas, la película usa numerosos recursos visuales que me funcionaron muy bien. Desde secuencias con comics, pantallas partidas e inserts de footage real, todo contribuye a una experiencia excesiva. El final con las imágenes reales de Evis me conmovieron mucho.
Creo que la película se disfruta siendo fan de Elvis o no, pero si sos fan y te gusta el estilo de Luhrmann, es una fiesta. ¿A ustedes qué les pareció?