La Sociedad de la Nieve
La tragedia de Los Andes de 1972 debe ser de los sucesos más conocidos de América Latina y no es para menos, al tratarse de la hazaña de supervivencia más grande de la historia. Se hizo una película en 1993 en Hollywood que muchos recuerdan (que hasta estuvo incluida en el programa de estudio de mi secundaria, vi Viven por primera vez en el colegio), los sobrevivientes dieron infinidad de charlas y entrevistas y obviamente se escribieron varios libros sobre el asunto. #LaSociedadDeLaNieve es uno de ellos, escrito por Pablo Vierci, y es el que decide adaptar Juan Antonio Bayona. Lo curioso es que, a diferencia de ¡Viven!, este libro se publicó muchos años después del accidente. Fue esto lo que le permite a este relato -y a la adaptación de Bayona- una mirada mucho más profunda y reflexiva sobre los hechos, más que el shock puro de todo lo que tuvieron que pasar estos chicos en la montaña.
Esta no es la historia de unos héroes, porque de hecho lejos estaban de sentirse así. Esta es la historia de un grupo de chicos que hizo lo que pudo para sobrevivir, donde cada uno aportó algo, donde reinó el trabajo en equipo, la solidaridad y sobre todo la pregunta de ¿qué sentido tiene? ¿Qué sentido tiene que algunos sobrevivan y otros no? ¿Qué sentido tiene que algunos hayan llegado hasta las últimas instancias pero, sin embargo, no hasta el día que llegaron los helicópteros? La historia de esos, de los que no subieron a los helicópteros, es igual de importante y heroica que las de los que volvieron, y ese es el sentido de esta historia.
Este año hubo varias películas que reflexionaron sobre el rol del cine en la memoria, en recrear hechos del pasado pudiendo o no caer en la eterna dicotomía entre el arte y el entretenimiento. Victor Erice habló sobre el cine como conservador de la memoria en Cerrar los Ojos, y Scorsese también se cuestiona esto desde un lado más culposo en el final de #KillersoftheFlowerMoon. Todd Haynes en May December -en un tono muy diferente- también habla del cine apropiándose de una tragedia para convertirla en una historia.
En un caso como el de la tragedia de los Andes, es probable que lo fácil sea caer en el sensacionalismo vacío, pero en La Sociedad de la Nieve se le da otro significado a los hechos, dignificando y respetando a los muertos de una forma completamente conmovedora. Por eso el cine es importante.
Me encanta el título de esta película (que viene del libro), porque lo que sucedió en la montaña no puede medirse ni entenderse con el contexto de los que estamos acá. Allá hay condiciones únicas y extremas, y esa sociedad se basa en ellas. Bayona logra a través de encuadres maravillosos y escenas que dejan al borde de la silla, transportarte ahí con ellos. Si no se hubiera filmado en locaciones reales, el efecto no sería el mismo y fue una condición del director para poder hacerlo. Se filmó principalmente en montañas españolas. Sentís la hostilidad de ese lugar donde todo funciona, pero la vida no es bienvenida. “Nosotros somos los extraños acá”, bien dice uno de ellos.
Reforzando lo que decía antes, me encanta como la historia está abordada de forma que, a pesar de que la voz de la narración es la de Numa y es a quien más seguimos desde el comienzo, no se le da protagonismo solo a una persona. De hecho, los personajes ganan o pierden importancia a medida que avanza la historia, y eso le da un realismo muy logrado. El increíble casting de esta película es uno de sus puntos fuertes. Estos chicos (todos argentinos y uruguayos), casi no tenían experiencia actuando, y acá logran cosas increíbles. Agustin Pardella (Nando) y Enzo Vogrincic (Numa) son dos grandes descubrimientos.
Seguramente las primeras cosas que nos vengan a la cabeza cuando pensamos en este suceso sean el accidente aéreo y la antropofagia. La escena del accidente es lo más crudo y violento que se haya visto, la cámara nunca sale del avión y nos obliga a ver cada uno de los golpes, fracturas y rostros de desesperación. Cuando corta a negro, volvés a respirar pero de forma agitada, como si te hubieran sacudido con ellos. Bayona contó que la escena fue armada a partir de los testimonios de los sobrevivientes. Cuando les consultaba, cada uno se acordaba de algo diferente o le había quedado grabado algo que a otro quizás no. Así fue armando ese rompecabezas.
La cuestión de la antropofagia es tratada con la seriedad y el respeto que merece, con cero cuota de morbosidad. Se plantea la discusión varias veces entre los personajes y para el momento en que se toma la decisión, la película se encargó de que la entiendas completamente.
El instinto de supervivencia es realmente conmovedor. Los humanos tenemos algo adentro que nos impulsa hacia adelante, a seguir no importa cuan difícil sea. Tenemos la capacidad de encontrar por qué vivir, y sino, por quién vivir. Y vivir por los que no están, es una enorme razón.
Esta en Netflix. ¿Qué les pareció?