Prey
En una industria llena de “legacy sequels” y precuelas innecesarias cuyo único objetivo pareciera que es exprimir hasta el último gramo de nostalgia redituable e incluir todos los momentos posibles para que el espectador señale la pantalla ante algo que reconoce cual meme de Leonardo DiCaprio, este año tuvimos un par de anomalías. Obviamente Top Gun Maverick, que a pesar de todos los pronósticos es la mejor película del año y rompió récords impensados en taquilla; y ahora tenemos #Prey, que a una escala mucho más pequeña, también logró un milagro.
Prey es la precuela de The Predator, película de John McTiernan -a esta altura clásico del sci-fi horror- que inició una saga de secuelas de dudosa calidad, incluso algunos crossovers con Alien (!). Pero PREY funciona como película en sí misma, salvo un par de cositas chiquitas, no está preocupada en señalarte referencias.
Acá nos adentramos en la Nación Comanche a comienzos del siglo XVIII, y conocemos a nuestra protagonista Naru, miembro de una tribu que la subestima y se burla de sus ambiciones por ser cazadora porque es mujer. La película tiene un primer acto en el que la conocemos a ella y a su tribu, su talento para rastrear, su inteligencia y su capacidad de observación. Y también a su perro, el mejor perro en el cine desde Once Upon a Time in Hollywood. Cada vez es menos común que las películas se tomen su tiempo en presentarnos a sus personajes y su contexto. No tiene que ser todo in media res, de vez en cuando es refrescante una película que no se apure a mostrarte al monstruo de la franquicia.
En la dirección está Dan Trachtenberg. Este es apenas su segundo largometraje -el primero es la excelente 10 Cloverfield Lane- y demuestra nuevamente que tiene mucho talento para manejar los climas con paciencia y que puede filmar secuencias de acción que te dejan al borde del sillón (no la butaca, porque no fue a cines lamentablemente).
Hay un par de secuencias que quiero destacar especialmente. La del oso es brillante, tiene muchísima tensión y finaliza con el Depredador cubierto de sangre, una imagen inolvidable. Por otro lado, la secuencia en la niebla también me parece espectacular. La violencia en esta película es brutal. Como tiene que ser. Fue filmada en Canadá, y la naturaleza es definitivamente otro protagonista de este film. Los paisajes son bellísimos.
Por último, no quiero dejar de destacar el hecho de que haya una versión doblada en comanche para ver. Es la primera vez que una película se dobla completamente a este idioma, así que me parece un puntito más a la cultura que hay que valorar.
Una lástima que no haya pasado por cines -se pueden debatir las razones de por qué decidieron mandar una película con un personaje reconocido directo a streaming-, pero traten de verla en una pantalla bien grande. Está en Disney Plus. Si la vieron, cuentenme!!!