Priscilla
Cuando pensamos en una posible adaptación de las memorias de Priscilla Presley, o en una historia sobre Elvis pero contada desde el punto de vista de su joven esposa, #SofiaCoppola parece la directora más indicada para el trabajo. Es que la filmografía de Sofia está llena de historias similares, enfocadas en personajes con las mismas preocupaciones, pero sus películas no se sienten redundantes a pesar de esto.
En #Priscilla, Sofia Coppola se mete en un mundo conocido. En el de una chica de 14 años seducida por el hombre más famoso y deseado del mundo (que tenía diez años más que ella) y luego llevada a Graceland para pasar gran parte de su vida junto a Elvis Presley. Sofia Coppola logra captar la incomodidad de la situación desde la elección de la actriz Cailee Spaeny que con un rostro muy aniñado, contextura pequeña y un vestuario muy naif lleno de colores pasteles muestran la intención clara de la directora. Una estudiante de secundaria que tiene que pedir permiso a sus padres cada vez que va a volver tarde a su casa, contrasta con un mundo de hombres del ejército escuchando música y tomando whisky en las penumbras.
Era de esperar que esta película muestre un Elvis alejado de la figura de ídolo, siendo un hombre manipulador que veía en Priscilla belleza e inocencia que quería poseer, pero más como una muñequita de cristal parte del decorado de Graceland (hasta decide la ropa y colores que va a usa) que una compañera de vida. De todas maneras, creo que la directora realza la incomodidad de la situación pero sin demonizarla demasiado, lo cual me parece la decisión acertada. Las relaciones y las diferencias de edad en las parejas eran diferentes hace 70 años, y no era nada tan fuera de lo común.
La primera mitad de la película se enfoca en la seducción y en la alienación de Priscilla, que termina encerrada en Graceland alejada de sus padres y asistiendo a un colegio donde las chicas murmuran a su alrededor pero ella no habla con nadie, salvo cuando usa a Elvis como ventaja para convencer a una compañera que la deje copiarse. Elvis es abrumador y ocupa cada aspecto de su vida.
Sin embargo durante la segunda mitad, pareciera que la película agota sus ideas para mostrar la posición de Priscilla. Las escenas parecen ser flashes de su vida que muestran variaciones de lo mismo pero sin profundizar demasiado en nada. Hay un aspecto del deseo que se plantea, y la actitud reacia de Elvis para con ella físicamente lo cual me pareció interesante pero, de nuevo, queda solo en un par de escenas que no llevan a mucho.
Uno de los grandes aciertos de la película es el cast (algo que generalmente Sofia Coppola hace muy bien). Cailee Spaeny es camaleónica y puede tranquilamente con su rostro aniñado parecer adolescente, pero con el peinado y vestuario correcto parecer mucho más grande. Jacob Elordi tiene un magnetismo increíble que lo hace un gran Elvis a pesar de no ser parecido físicamente, y su altura lo hace parecer el hombre enorme y poderoso que vuelve diminuto a cualquiera que se le acerque.
El último acto de la película se siente apresurado, a pesar de que el conflicto de la protagonista está bien planteado, no creo que tenga un arco ganado por lo que el final no fue lo satisfactorio que debería haber sido. Por más que tiene muchas cosas que me gustaron y como es costumbre en el cine de Sofia, la película se ve preciosa, lo cierto es que no me hizo sentir demasiado.
Se puede ver en Mubi.