Repulsion
Como hablar de Rosemary’s Baby me pareció muy obvio, decidí dedicarle post a la primera parte de la “trilogía de los departamentos” de Roman Polanski y que puede que me guste aún más, Repulsion de 1965. Este es apenas el segundo film del director polaco y su primero en inglés.
Lo más fascinante de Repulsion es que no se trata de un terror externo y tangible como es el de Rosemary’s Baby, sino un terror completamente psicológico que descubriremos muy de a poco al adentrarnos y quedar atrapados en la dañada psiquis de nuestra protagonista. La película sigue a Carol -interpretada por una bellísima y magistral Catherine Deneuve- una joven belga que vive en Londres y comparte un amplio departamento con su hermana mayor. Pero detrás de su apariencia inocente y etérea, Carol esconde traumas reprimidos y oscuridad que irán develandose después de que su hermana la deje sola en el departamento para vacacionar con su amante.
La repulsión de Carol hacia los hombres es cada vez más evidente. Mientras camina por las calles vemos cómo la miran y el desagrado traspasa la pantalla. Le incomoda escuchar a su hermana teniendo relaciones y encontrar las cosas de un hombre en su baño. Pronto su comportamiento cada vez más recluido y su mirada cada vez más ausente se acompañan de alucinaciones al ver las paredes de su casa quebrarse al igual que su mente, los espacios distorsionarse, agorafobia extrema y visiones (¿o recuerdos?) de un hombre que abusa de ella en su habitación, manos que intentan agarrarla a través de el pasillo hacia la puerta de salida. La sensación de encierro en ese departamento como en la psiquis cada vez más dañada de Carol se transmite muy bien desde el diseño de sonido y la forma de filmarla, con planos cada vez más cerrados, como si la cámara estuviera invadiendo todo el tiempo su espacio personal. El efecto es muy logrado.
La película arranca con un primerísimo primer plano del ojo inquieto de Carol, tal vez para indicarnos que transitaremos esta semana de su vida desde su mirada, desde su interior. La película también termina con un plano prolongado sobre su mirada pero en una fotografía, que podría indicarnos el origen de sus traumas.
El año pasado había recomendado esta película para aquellos que no son muy fanáticos del género, no porque no la considere una película de terror (definitivamente lo es) pero es un film sin sustos ni sobresaltos, por el contrario tiene un ritmo bastante lento y paciente pero que te desciende a la oscuridad junto con la protagonista, y ese tipo de horror es bastante escalofriante.
Si la ven, cuentenme que opinan.