Ripley
Cuando se anunció la serie de #Ripley para Netflix (aunque originalmente fue producida por Showtime y luego adquirida por la plataforma) tuve un poco de miedo. Básicamente porque la adaptación de #TheTalentedMrRipley de Anthony Minghella es para mí la definitiva de este personaje. Me parece una película perfecta, y esta nueva moda de agarrar clásicos y volverlos series es un poco extraña.
Sin embargo había mucho que llamaba la atención de esta nueva adaptación, principalmente el hecho de que iba a estar escrita y dirigida íntegramente por Steven Zaillian, quien es más conocido como guionista de cine (de hecho ganó un Oscar por adaptar Schindler’s List), pero también tiene un antecedente en la televisión. Uno excelente, de hecho, que es The Night Of para HBO.
Ya vistos los 8 episodios de esta serie puedo decir que aún tan enamorada como estoy de la película de 1999, esta adaptación es una delicia de ver, y es de lo mejor que tiene el catálogo de @chenetflix en series. Como dije antes, es un desafío enorme meterse con un clásico tan querido pero a su vez, Zaillian le dio su toque diferencial y aunque están adaptando la misma novela, Ripley logra tener su estilo propio y en muchos aspectos, es completamente opuesta a la película.
Uno de los diferenciales es, por supuesto, el blanco y negro. La fotografía de Robert Elswit es probablemente la más exquisita que se ha hecho para televisión. Los encuadres, los planos detalles de las teclas de las máquinas de escribir grabándose en el papel, las firmas hechas con tinta, el mar, los reflejos, las escaleras, el arte. Es realmente todo bellísimo y este mundo lleno de grises y contrastes te envuelve por completo. Creo que la única forma de justificar sacarle el color al verano italiano de Ripley es si el resultado se ve así de sublime.
No se puede hablar de Ripley sin hablar de #AndrewScott y su maravillosa interpretación. Scott es hipnótico, peligroso, intimidante, seductor. Todo lo que tiene que ser un buen Ripley. La serie descansa muchísimo en él, ya que el resto de los personajes son bastante satelitales. Hay largas secuencias que solo tratan de verlo afrontar las consecuencias de un crimen que acaba de cometer. Idas y vueltas, tragos, cigarrillos, cartas, un diálogo con un interlocutor ausente. Si Scott fuera menos magnético, no funcionaría, pero la serie sale completamente airosa.
En unos días sale episodio de #ListaParaMiPrimerPlano donde voy a profundizar más sobre Ripley y The Talented Mr Ripley, comparándolas en varios aspectos, pero no quiero dejar de hablar acá sobre el particular ritmo de esta serie. Varios me comentaron que les pareció bastante lenta, y tienen toda la razón. Es una serie que se toma muchísimo su tiempo, tiene mucha paciencia y es un estudio minucioso de cada acción y decisión de su protagonista. Es una decisión deliberada que personalmente no me afectó para nada el visionado. Entiendo que en la era de la vorágine de los algoritmos y de competir por la atención de la audiencia en los primeros segundos, esta decisión es prácticamente suicida. Pero para todos aquellos que tengan paciencia y aprecien la deliciosa fotografía, serán altamente recompensados por Ripley.
¿La vieron? ¿Qué les pareció?