Station Eleven
Acaba de terminar Station Eleven, la nueva miniserie de @hbomaxla que creo que entrará entre mis favoritas del año -ahre que era enero pero igual sí-. Es que esta historia tiene mucho de lo que me gusta ver en televisión, y además tiene de showrunner a Patrick Sommerville quien era guionista de The Leftovers, una de mis series favoritas de la vida y de los mejores dramas de HBO. Las similitudes están a la vista: ambas lidian con mundos post-apocalípticos pero se concentran en cómo la humanidad lidia con las consecuencias, más que con las reacciones próximas a la catástrofe.
Station Eleven está basada en la novela de Emily St. John Mandel que fue un éxito cuando se publicó en 2014, y el mundo post-apocalíptico devastado por una pandemia de gripe parecía algo inimaginable que sólo encontrábamos en historias de ciencia ficción. Sin embargo, creo que esta historia cobró un significado aún más poderoso y relevante después de casi dos años de vivir una pandemia en carne propia.
Durante los 10 episodios seguiremos varias historias que transcurren en distintos lugares y en distintas líneas temporales pero que tienen puntos de conexión, entre ellos un cómic sobre un astronauta aislado del mundo y Kirsten, que vendría a ser nuestra protagonista. El corazón de toda la serie es su vínculo con Jeevan, un chico a quien conoce el día que se desata la gripe y se convertirá en su protector y su figura paterna.
A diferencia de otras historias post-apocalípticas que cuentan historias de grupos de personas que tienen que enfrentarse para sobrevivir, Station Eleven resalta la importancia de volver a encontrarnos y unirnos mediante algo básico que nos hace civilización: el arte. Ya sea mediante el teatro -si están familiarizados con Shakespeare es una fiesta de referencias-, la música o la literatura -o incluso la sanación-, los personajes de esta historia dependen del arte para comunicarse y salir adelante. Porque sobrevivir no es suficiente.
Todas las tramas son manejadas de una manera magistral, y confluyen de forma súper orgánica y satisfactoria en un final hiper conmovedor, que por más de que te deje con lágrimas en los ojos, también te deja esperanza en el corazón.
¿La vieron?