The Black Phone
Si me conocen hace un tiempo, no es ninguna novedad para ustedes que me gusta el terror y disfruto de descubrir buenas películas de este género. Hace unos años vi una de las películas que todavía encabeza el ranking de las que más miedo me dio en la vida, Sinister de Scott Derrickson. Director que antes había hecho la muy infravalorada El Exorcismo de Emily Rose, que a pesar de tener muchos elementos del terror, también es un excelente drama judicial. El nombre de Derrickson se hizo mucho más conocido cuando en 2016 dirigió la primera entrega de Doctor Strange para Marvel, alejándose un poco del estilo de films que venía haciendo para abrazar los blockbusters millonarios. De hecho Derrickson estuvo atado inicialmente a dirigir la secuela que estrenó este año, pero terminó desligandose del proyecto por “diferencias creativas” y ese film terminó siendo dirigido por otro exponente del terror -y de los superhéroes- Sam Raimi. Y el resto de esa historia es sabida.
Derrickson, sin embargo, después de eso volvió a sus raíces de alguna forma con The Black Phone, una película más similar en tamaño y tono a sus primeros trabajos. La historia está basada en un cuento de Joe Hill -hijo de Stephen King- y trata sobre un secuestrador y asesino de niños que acecha Denver a finales de los ‘70s.
Afortunadamente tuve la oportunidad de ver esta película en cine, porque creo que junto con Top Gun Maverick -aunque en una escala muy diferente- fue de lo que más disfruté en una sala este año. Lo repito una y otra vez, pero la experiencia colectiva de ver una película a oscuras sin ninguna distracción no tiene comparación, y cuando involucra asustarse y ponerse nervioso, lo disfruto el doble.
The Black Phone es una película muy simple, no tiene pretensiones más allá de entretenerte por una hora y media, darte secuencias logradísimas de suspenso donde la tensión se sostiene al máximo y contarte una historia cerradita que no requiere demasiadas explicaciones. Valoro mucho cuando un film no necesita exponer una gran cantidad de información, sino que deja que llenes los huecos.
Ethan Hawke interpreta al asesino increíblemente bien, aunque no veamos su cara porque está cubierta por máscaras muy creepys todo el tiempo, su trabajo vocal y corporal son excelentes. No sabemos mucho de su personaje porque no necesitamos saberlo, sólo algunos datos son suficientes para que funcione para la trama.
Además de ser increíblemente efectiva, está muy bien actuada por los dos niños protagonistas. Ambos tienen desafíos diferentes pero logran interpretaciones muy creíbles, y la química entre ellos es muy buena. El vínculo de hermanos que tienen es hermoso y está muy bien transmitido. Tengo especial debilidad por las historias fraternales.
La puesta de Derrickson es fantástica y logra mantener la novedad filmando la habitación con el teléfono en la que pasamos la mayor parte del tiempo de formas muy ingeniosas. Sin develar demasiado, hay una decisión de sonido y puesta para reflejar una parte de la historia que me encantó.
Como dije, una historia simple pero cumplidora y bien hecha. Ojalá hubiera más películas como estas todas las semanas en las salas. Bien por Derrickson. ¿La vieron? ¿Qué les pareció?