The Northman
The Northman es un milagro. Más allá de mi opinión sobre la película -que me gustó mucho-, que exista una película con calificación R de Robert Eggers con 75 millones de dólares de presupuesto y que se estrene en salas en 2022 es algo por lo que tenemos que alegrarnos. Más allá de la recaudación que logre en taquilla, que probablemente no sea demasiado, que un estudio tome el riesgo de financiar una película de este tamaño que se ancla solamente en la visión de un director joven y no en una propiedad ya establecida, es un éxito.
En su tercer film Eggers colabora con el autor islandés Sjon para contarnos la leyenda vikinga que inspiró a Hamlet. En el año 895 el pequeño príncipe Amleth ve a su padre morir traicionado por su tío Fjonlir y desde ese momento jura vengarlo. Ese instante y esa decisión mostrada en el prólogo definirá su total existencia.
A pesar de que su estilo y visión están muy presentes, esta es la película más accesible de Eggers. La premisa es simple, la motivación del protagonista es clara y su camino para lograrlo también. Sin embargo hay más de una escena en donde Eggers se permite introducir elementos esotéricos y jugar con la fantasía logrando secuencias sumamente inmersivas y visualmente impactantes. Un par de momentos me recordaron a El Señor de los Anillos o a la más reciente The Green Knight, donde también se mezclan las leyendas históricas con cuentos fantásticos.
Las secuencias de acción son increíbles y me dejaron impresionada por el despliegue y la destreza técnica: Amleth escalando una muralla usando un hacha da inicio a uno de los planos secuencias más virtuosos y brutales que he visto. El manejo de la cámara y la coreografía para lograr algo así es digno de admiración.
Alex Skargsard es el actor indicado para interpretar a Amleth, una actuación que se recuesta más en su fisicalidad bestial que en su capacidad para conmover. Anya-Taylor Joy -que interpreta a una bruja adulta, podría decirse que es una secuela espiritual de Thomasin- tiene una presencia muy esotérica que también calza perfecto. Nicole Kidman brinda una de sus mejores interpretaciones en los últimos años.
Sin adelantar demasiado, hay una escena en particular -que es clave en la historia- en donde se luce y hace maravillas.
Al ser la trama bastante simple, no pude evitar sentir que la historia se estanca bastante en un momento, pero más allá de eso siguen habiendo momentos memorables y espectaculares cada tanto antes de la batalla final que es muy efectiva.
Más allá de todo, cómo les dije al comienzo, aguante Robert Eggers y que bien que exista esta película.