The Wonder
The Wonder, la nueva película de Sebastian Lelio que ya se puede ver en Netflix, es un drama de época ambientado en Irlanda en 1862, en el que una enfermera inglesa, interpretada por Florence Pugh, es convocada para observar a una niña que aparentemente no comió nada durante los últimos cuatro meses y no tiene señales de desnutrición. ¿Se trata de un milagro o un fraude?
La película sorpresivamente arranca mostrándonos un estudio de filmación con una voz en off que nos dice que los personajes que habitan la historia que vamos a ver creen profundamente en ella, así que nosotros tenemos que hacer lo mismo. La cámara panea hasta llegar a Florence Pugh con vestuario acorde al siglo XIX, y desde ahí la película continúa como un drama de época normal, hasta el final.
La respuesta al misterio que nuestra escéptica protagonista Lib Wright debe “observar” y descifrar queda bastante claro desde el inicio, lo que la película intenta tocar va por otro lado. La escena inicial fuera de contexto y algunas temáticas que se mencionan durante el film dejan en claro que The Wonder es acerca de las historias que nos contamos y elegimos creer para seguir adelante, para superar el duelo, para superar una situación traumática, para sobrevivir. Estas historias van desde la religión y la Biblia hasta las narrativas -apoyadas en hechos científicos o no- que elaboramos alrededor de una situación para convencernos o convencer a los demás de algo.
Todos los personajes en la película tienen fe y creen fervientemente en algo: los clérigos y algunos fieles en el milagro de la niña, Anna y su madre en la salvación que le dará subsistir solamente a base de “manna del cielo”, el periodista en las historias que escribe para su medio, y Lib en la ciencia y en sus rituales nocturnos para sobrellevar su propia pérdida. A pesar de que la idea de conectar los personajes, la trama y los momentos meta película del inicio y el final me parece algo interesante, no me llegó a convencer su ejecución. Creo que la película no logra darle poder suficiente a estas ideas. La revelación del “por qué” detrás del ayuno de Anna, así como el final no me funcionaron demasiado emocionalmente.
Más allá de eso, la película se sostiene muy bien por grandes actuaciones, especialmente la de Florence Pugh y la de Kila Lord Cassidy que se lucen en cada escena. La fotografía de Ari Wagner (que ya se lució el año pasado en The Power of the Dog) con tonos prácticamente grises y apagados me resultó bellísima, y al verla en una pantalla grande lo pude apreciar al máximo.
Más allá de mis reservas, entre los dos protagónicos de Pugh del año me quedo con este. Aunque el otro también tenía sus “historias” dentro y fuera de la pantalla para conectar 🤪 . ¿A ustedes qué les pareció?