Twisters
Si sos de mi generación, Twister de 1996 seguramente ocupa un lugar importante en tu corazón. Quizás la viste en cine, o como yo, la alquilabas una y otra vez en el videoclub, o la enganchaste muchas veces en el cable y el magnetismo de este tremendo cast te impedía cambiar de canal.
Sea como sea, no se puede negar la importancia de esa película en la cultura pop, creo que todo el mundo puede reconocer el plano de la vaca volando. Y también creo que de alguna forma es una película que representa cierta época del cine, y sobre todo de los blockbusters. Hay una razón (o bueno, varias en realidad) por la que Top Gun Maverick fue tal suceso hace un par de años. Además de estar protagonizada por la estrella más grande de Hollywood, Tom Cruise y de tener efectos prácticos impresionantes, hay algo de la estructura de guion simple y satisfactoria que hoy en día se siente como un aire fresco. Hace poco volví a ver Twister, y obviamente en su momento el despliegue de efectos visuales apenas unos años después de Jurassic Park era un gancho importante. Pero la simpleza y efectividad de ese guion es innegable. Los personajes son un montón de estereotipos, claro que sí. Pero el cast tiene el carisma y la química suficiente para venderte absolutamente todo. Algunos dirán que todo es un poco absurdo y edulcorado, cosa que también es cierto. Pero justamente creo que eso le da muchísimo encanto, como también sucedía con Top Gun Maverick.
Casi treinta años después estrena Twisters, dirigida por Lee Isaac Chung que venía de hacer una película muy pequeña y personal, Minari. No estoy mencionando tanto Top Gun Maverick porque pretenda poner Twisters a su altura, porque creo que de hecho está bastante lejos de esos niveles. Pero hay algo de la sinceridad en el abordaje del guion, en el compromiso de simplemente ser un blockbuster sin demasiadas pretensiones, que encuentro muy reconfortante. Igualmente, hay más cosas en común con Maverick.
La historia parte de una idea de Joseph Kosinski, director del film de 2022, y que inicialmente iba a dirigirla pero terminó alejándose del proyecto. Y por supuesto, otro punto en común es la presencia de uno de los actores más prometedores del momento -y movie star en potencia-, Glen Powell.
Glen interpreta a Tyler Owens, un youtuber y aficionado de los tornados que junto con su equipo de gente de dudosa capacidad, recorren Oklahoma en busca de crear el mejor contenido sobre tornados para obtener la mayor cantidad de visualizaciones posible. Powell es oriundo de Texas, así que el look de cowboy arrogante le queda muy bien, pero por supuesto que su personaje es mucho más que lo que parece a simple vista y con el correr de los minutos vamos viendo un poco más de dimensión.
El protagonismo lo comparte con Kate, que con un abordaje más académico y una especie de don natural para las tormentas, está intentando buscar la forma de detener un tornado para evitar daños materiales y humanos. Me gustó mucho la importancia que le da esta película al sentido de la ayuda comunitaria y a las devastadoras consecuencias de estos fenómenos que causan fascinación pero también tragedias terribles.
En cierta forma, Twisters se siente como una vuelta a los blockbusters de antes. Es una película que no se avergüenza de lo que es, y esa sinceridad es para mí digna de apreciarse. Es cierto que de entrada intenta apelar a cierta nostalgia por una película muy querida por una generación, pero no está preocupada por meter referencias o lanzar un universo o una franquicia. En cierta forma, esta película es simplemente otra historia de gente persiguiendo tornados. Es cierto que comparte muchos puntos en común en la estructura, pero más allá de eso, se disfruta por sí sola.
Un punto fuertísimo de Twister es el elenco. La química de Helen Hunt y Bill Paxton lograba convencer a todos, pero de repente tenías a Philip Seymour Hoffman y Alan Ruck haciendo papeles secundarios. Demencial. Twisters no alcanza esos niveles, sobre todo porque el personaje de Kate no es demasiado interesante, aunque creo que Daisy Edgar-Jones está muy bien, aún sin tener un magnetismo especial como el de Hunt. Pero la cuota del carisma es cumplida con creces por el encanto de Glen Powell y también la simpatía de Anthony Ramos.
Visualmente la película me sorprendió bastante, las secuencias de acción con tornados están bien filmadas y son en igual parte emocionantes y tensas. Twister tenía una escena de un tornado en un auto-cine, y acá la secuencia de acción final es en una sala de cine, lo cual me pareció un toque precioso.
Una película entretenidisima que me dio todo lo que fui a buscar de una historia de tornados. No pido más.
¿La vieron? ¿Qué les pareció?